Les quiero contar una anécdota que me llevó a pensar … Y sigo pensando en qué pasos tomar para educar mejor a nuestra chini.
La situación fue la siguiente, en el pasado viaje a Chile una de las personas que más queríamos ver era el padrino de Cande, quien además es un muy querido amigo nuestro y que por su profesión/vocación, es cura jesuita, está viviendo en otra región de Chile, específicamente Arica. Esta ciudad queda a varias horas en avión y no noses un destino simple para llegar por esta razón padrino y ahijada no se veían hacía un año y medio y era por ende uno de los encuentros más esperados. La cita fue en un restaurant en plena zona comercial de Santiago a la hora del almuerzo. En resumidas cuentas un mar de personas.
Nos encontramos y comenzamos a pedir la comida, como siempre hago pedí que la comida de los niños llegara lo antes posible, de esa manera evito los nervios/berrinches producto del hambre y quedo más libre a la hora que llega mi comida para disfrutarla y no tener que estar ayudando a nadie con su plato. Afortunadamente la comida de los chicos llego bien rápido, ambos comieron a gusto mientras nosotros charlábamos. Una vez terminados y cuando llegaron nuestros platos, Iñaki se dedicó a pintar con unas crayolas que le trajeron y quedo muy absorto en el arte pero la pequeña chini vio ahí su oportunidad de oro.
Paréntesis que va a servir para explicar lo que luego pasó, este lugar donde nos habíamos reunido no era claramente muy apto para niños (kids frendly que le dicen por ahí) y no tenía sillita de bebe, además estaba copado de personas unas contra otras… Todo esto llevó a que la súper sociable de Cande empezará el carrusel constante de: me bajó de la silla, voy a la mesa de al lado, saludo a quienes ahí comen, mamá me agarra de la mano, me vuelve a sentar y vuelvo a bajarme … Esto multiplicado por 100 se imaginarán requería medidas drásticas, a lo que junto con el padrino optamos por hacerle un cerco entre silla, cochesito y nosotros donde ella pudiera no estar sentada pero no ir a molestar a nadie y peor aún escaparse.
Parecía aceptar con gusto la medida por lo que volvimos a poner nuestra atención en los platos y disfrutar de la charla. Pasado no más de 5 minutos miro con el rabillo del ojo al «corral improvisado» para darme cuenta que la pequeña escapista, ahora mini Hudini, se había zafado de sus barreras y no estaba más ahí. Se imaginaran, automáticamente los tres adultos de la mesa saltamos en busca de Cande que no se veía en el entorno cercano. Cuando un grupo de personas paradas junto a nuestra mesa, esperando un lugar para sentarse, se hizo a un lado, pudimos ver al otro lado del restaurant a la Chini muy sentada en una silla de una mesa donde almorzaban 3 jóvenes que claramente se divertían horrores con su nueva compañera que no dejaba de darles charla de «patata y petete….»
Claramente parece simpática la anécdota y resalta una gran cualidad de la Chini que es su sociable simpatía …. Pero aquí el miedo y la duda de esta mamá y es: Cómo hacerla entender que esto no está bien?, que no solamente molestar a personas haciendo su vida no es correcto sino que escaparse e irse con desconocidos es muy peligroso, todo esto sin cortarle esa maravillosa cualidad de sociable y cercana que tiene.
La verdad es todo un desafío.
Claramente hoy mas allá del susto que me puede dar a mí y los riesgos que eso tiene, en un ambiente más acotado, como ser sala de espera de un doctor o incluso en alguna reunión, esta característica de la Chini parece adorable pero también me preocupa pensar por cuánto tiempo eso será adorable, porque imaginemos a una joven de 14 años metiendose en medio de una charla en una mesa de un restaurante para saludar…. No, verdad?
Cuándo y cómo explicarle a Cande que eso no es correcto? … Cómo hacerlo para que no pierda tampoco esa espontaneidad y esa magia que la caracteriza y que contagia alegría a cuanta persona se cruza en su camino y que es sin duda una de sus cualidades que más amo y que la hacen única?
Desafío que va mucho más allá de educar a una niña con síndrome de Down, es como educamos a nuestros hijos para que encajen en esta sociedad pero que por no ello pierdan su esencia y su ser!
Gran desafío esto de ser madres y padres! Digo ….por si no lo sabían je!