Hace algunos días compartí con ustedes el vídeo de Blanca, una joven española con síndrome de Down que durante todo el vídeo nos muestra y re demuestra que son capaces de todo siempre que se les de la oportunidad y no se los «discapacite». En ese vídeo me impactó una parte donde su mamá cuenta que cuando Blanca tenía como 4 años y ellos estaban de vacaciones, recién llegados a la casa cuando quisieron ver Blanca no estaba y no la encontraban hasta que dieron con ella a dos cuadras donde les había dicho «es que me aburría y salía a pasear» ….Les confieso que en ese momento hice lo que secretamente solemos hacer todas las mamás, me horroricé y pensé «cooooomo se te puede escapar tu hija y no darte cuenta!!!» .
Mi sabia madre siempre dice el dicho «nunca digas de esta agua no he de beber» jajaja bienvenida a el dicho hecho realidad!
Ayer estando en el campo y recién llegados a la casa estábamos desempacando bolsos y todos esos petates que uno acarrea de acá para allá. Todos estábamos muy atareados hasta que en un momento a Martín se le ocurre preguntar «donde está Cande?» Chequeo rápido y no la encontramos … Recorrimos todos los cuartos, baños y recovecos de la casa y nada (ni el más mínimo ruido). Se imaginaran a estas alturas el corazón de varios de nosotros se puso en pausa. Salimos entonces a buscarla todos -Martín, mi madre, Iñaki, el señor que trabaja con nosotros en el campo y yo- a los gritos de Cande, revisando hasta abajo de las piedras y nada. Nos llamaba la atención que los perros, que son unos 6, ninguno ladraba ni nada…. Pasaron los segundos y TODO les juro toooodo tipo de cosa se me pasó por la cabeza hasta que escuchamos el grito del cuidador de la casa que nos avisaba «Acá estaaaa». Efectivamente ahí estaba la señorita a más o menos 200 metros de la casa -atravesó gateando huerto, zanjas, arbustos- muy sentada sobre una pila de hojas secas jugando a tirárselas en la cabeza y rodeada de los 6 perros que, según vimos después en las huellas, le hicieron de escolta toooodo el trayecto.
Cuando la tome en brazos, aparte de agradecer a cuánto poder divino hay que estuviera bien, de dejarle claro que lo que había hecho NO SE HACE, de cerciorarme que mi madre no tuviera un infarto, pensaba en Blanca y en sus padres y desee que ojalá todas esas personas que no creen en la capacidad de Autonomía e Independencia que las personas con síndrome de Down tienen pudieran estar ahí, ver y sentir lo que vivimos ayer.
En fin, parece que esas dos cualidades son parte de la personalidad de nuestra Chini, así que por aquí a potenciarlo y a tener 800 ojos puestos en esta loquita!