Es sabido que los papás tenemos esa fascinación por reconocernos en nuestros hijos, desde ya en las tempranísimas ecografías, en la que más de un familiar o amigo al que se las mostramos no ve otra cosa que una mancha blanquecina con forma de poroto, que ese puntito medio gris ahí «es igual al lóbulo de mi oreja viste??». Nos encanta saber que se nos parecen, como diría el gran Serrat, que usan nuestros gestos y dichos… Y que les gustan las mismas cosas que a nosotros, capaz esta última -y hablo por mí- por esa linda idea de compartir momentos JUNTOS.
En mi caso es la cocina, soy cocinera de alma y corazón, vivo y vibro con cada especia y cada sabor, cocinar es para mí mucho, no sólo algo rico o un hobby, sino una forma de demostrar afecto profundo y transmitir emociones, cocinar es el don/talento que comparto con mi mamá y amo que así sea.
A Iñaki, creo que antes de que pudiera agarrar un juguete, lo tenía en la cocina – cucharón en mano acompañándome sentado en la mesada cuando más chiquito, o parado en un banquito metiendo mano en las masas o ayudándome a «cortar» algún ingrediente. Así que se podrán imaginar cuando me dijeron que estaba embarazada de Cande mi imaginación, y los recuerdos de esas tardes preparando la cena esperando a mi papá junto a mí madre, se despegaron cual cohete.
Lo triste es que cuando nos contaron de su condición, y mientras esperaba en la sala de recuperación post cesárea, esa, entre otros muchos fantasmas y miedos, era una de mis grandes desilusiones. Mi Chini seguramente no iba a «poder» acompañarme en mi pasión, no íbamos a tener esa conexión.
Afortunadamente el mejor amigo de Martín, que es doctor, estaba ahí conmigo y no dejo de decirme las más lindas y potentes palabras de aliento y ánimo, pero fue lo que le regaló unos días después a Cande lo que más me ayudó.
Ese gran y simbólico regalo … Un objeto que no sólo es liiiindo sino que me decía .. Todo eso que soñaste VA A PASAR!
Y qué era el famoso regalo?… un maravilloso delantal tamaño liliput, fabricado por una gran artesana/ diseñadora/ cocinera/ etc. del sur de Chile Sol Echevarría, que se transformó al segundo en mi zanahoria, en la «cosa» donde yo guarde todas mis esperanzas mundanas y esos anhelos de mamá.
Pasaban los meses y chance que tenía le probaba el delantal a Cande, que al principio le quedaba bailando y poco a poco fue «tomando cuerpo». Nos mudamos de país y al desempacar las cajas lo primero que guarde en los cajones del closet de la Chini fue el tan mentado delantal/zanahoria.
Pues bien … Ayer por primera vez el delantal le quedó… por primera vez pude compartir la mesada de la cocina con mi chinita. Lo mejor de todo fue verla a ella fascinada!!! y yo ni les cuento!!!! Alegría desbordante, chochera absoluta y sensación de meta cumplida. Ahora el hito de aprendizaje/milestone fue para mí… aprendí una vez más de mano de mi gran Cande que el cielo es el límite, que solo tengo que darnos tiempo y que sin duda somos MÁS PARECIDAS que diferentes.
Resumiendo…. Las metas llegan… Los sueños se cumplen … Y los mitos SE DESTRUYEN!!!
Gracias amigo por esa zanahoria y por creer desde un arranque en Cande….. y en mi!
Pd: Para colmo y remate lo que cocinamos nos quedó riquísimo… Obvio!! Tenemos el más importante ingrediente y en exceso…. Mucho amor
te comparto que cada nuevo día es una oportunidad de descubrir las potencialidades de mí bebé, y disfruto ser testigo de sus grandes logros y esperar verlo abrir sus ojos a un nuevo amanecer y que toque mí cara y la de su papá con sus manecitas es un acto indescriptible de amor, por supuesto con mis propios temores, pero con la certeza de que estaremos juntos.
QUE DIVINO POST!! Alfo, Me hiciste llorar y emocionar!!! Por razones obvias comprendo exactamente lo que sentías y me muero de mla emoción ver estas fotos y lo que decís. Sos una GENIA!!!