Hace algunos meses nos mudamos de casa, la llegada de la nueva integrante exigía un aumento de metros cuadrados. Nos mudamos a un nuevo lugar ahora con tres dormitorios, a diferencia de los dos que tenía el anterior. Iñaki el más feliz ya que tiene cuarto para él solo y las peques la idea era que compartieran cuarto. La cosa es que entre idas y vueltas, gripes, libros que se lanzaban y alguna que otra cosa, hemos postergado la salida de Guille de nuestro cuarto. Una de las otras cosas que se sumaban era que estábamos esperando llegara LA cama que habíamos encargado con mucho pienso y cariño a nuestra Cande, para que así Guille pasara a dormir en la cuna que era hasta hace unos días de la Chini.
La cama llegó hace una semana atrás y es realmente todo lo que soñamos, está diseñada en el método Montessori, es casi a ras del suelo, no demasiado grande cosa que quede a su escala y simula la estructura de una casita lo que la hace extremadamente divertida y atractiva a la vez.
Para ponerlos en contexto de porque decidimos esta cama, y no otra me, gustaría transportarlos a una noche dos semanas atrás, donde lo que se escuchaba como constante unas 7 o más veces en la noche era los porrazos que la Chini se daba contra las barandas, lo que se traducía a que sin barandas esas 7 o más veces iban a ser de Cande cayendo de las alturas y despertando llorando y repletita de chichones, seguramente.
Así fue que cuando llegó la camita con mucha ilusión y alboroto, que armamos para que ella sintiera que este cambio era algo positivo, todos le decíamos frases como «ahora sos grande Cande!!!» o «tenes una cama grandota para ti y Guille que es bebe pasa a la cuna!!». Ella aplaudía feliz.
Adornamos la cama con banderines y un plumón rosa a rayitas, comprado para la ocasión, pusimos sus osos en la cama y al llegar la noche transformamos el evento en tooooodo un suceso familiar!!!.
El resultado de esa primera noche fue:
Veces que levante a Cande del suelo dormida =10
Veces que Martin levanto a Cande del suelo dormida = 7
Veces que me encontré a Cande sentada en el cuarto de Iñaki susurrándole «papapaaaa» (así le dice) con intención de despertarlo a las 4 am= 1 (diga que el otro es un tronco y no lo despierta ni una banda tocando en el cuarto)
Mmmmmm se veía que esto iba a ser una tarea compleja.
La mañana siguiente el humor de la Chini había cambiado un poquito del acostumbrado chispeante despertar a un poco de modorra y «noo» más de lo habitual.
Segunda noche:
Veces que levante a Cande del suelo dormida =5
Veces que Martin levanto a Cande del suelo dormida = 2
Veces que me encontré a Cande en el pasillo camino derechito al cuarto del hermano a despertarlo a las 3 am = 1
Mañana siguiente: muuuchos más «noooo» y mucho más mal genio (claramente el mal dormir traía sus consecuencias)
Así siguió un par de noches cada vez menos levantadas del piso, no sé si porque se caía menos o porque estábamos tan candados que íbamos menos veces a verla (honestidad ante todo), hasta que un buen día, o más bien una buena noche pasó lo lo inesperado: La Chini no se cayo ni una sola vez de la cama, aprendió a controlar esta nueva autonomía de «me levanto las veces que quiero de mi cama», y despertó radiante!!! Conocedora de su nueva capacidad adquirida, de la nueva sorpresa que vuelve a darnos, yo imaginaba que este proceso nos iba a llevar unos meses, y feliz luego de un rico y reponedor sueño en SU cama de niña grande !!!
Nuestra Chini está creciendo a pasos agigantados delante de nuestros ojos atónitos…. ahora el siguiente paso va a ser la convivencia con su Guille amada … ahí los tendré al tanto, mientras tanto disfruto de esta niña grande que duerme sola y es FELIZ!
En la parte superior les dejo una galería de fotos del proceso… y buenas noches a todos zzzz