Anoche- familia completa cenada, niños dormidos y nosotros en la cama listos a dormir- nos pusimos a hablar con Martín de esas reflexiones que se nos vienen a la cabeza cuando no estamos juntos y es este el momento de compartirlas.
Hablamos de cómo le fue a Cande en su terapia de fisio, de cómo la vimos de desenvuelta el fin de semana en el cumple de su prima, de si notamos más o menos celoso a Iñaki y sus salidas divertidas con las que a diario nos deleita.
Pero una cosa que me quedo bien marcada fue que mientras hablábamos se me salió del alma, y con la mayor naturalidad, la frase «Yo no espero nada de Cande».
Si saco esta frase de contexto suena muy duro y sin duda muy poco alentador de mi parte, pero la realidad es diametralmente diferente.
«Yo no espero nada de Cande» es de las lecciones más grandes de maternidad que me ha regalado la Chini.
Con Naki todo era llegar a caminar dentro del tiempo esperado o calendarizado, decir «x» cantidad de palabras a los «x» meses, etc. Con Cande no!
De ella, a menos de un minuto de conocernos, nos dijeron tiene una condición llamada síndrome de Down y con eso en la cabeza- con esa regla de juego- con esa gran mochila de mitos, preconceptos, miedos y «limitaciones» salimos a enfrentarnos con su vida.
Empezando a caminar fuimos sacando cosas, de esa mochila, y agregado otras que iban haciendo que esta se volviera día a día más liviana, chiquita y compacta. Sacamos miedos, algunos siguen ahí pero ahora con el nombre de preocupaciones, pusimos información que rápidamente desterró a los mitos y fuimos conociendo cada día más a fondo la realidad de las dichosas «limitaciones» que poco a poco fueron tomando el nombre de capacidades. Y con esta nueva mochila, ahora mucho mas parecida a un cinturón de herramientas, acompañamos y vemos maravillados a nuestra Chini sorprendernos con sus logros y aprendizajes, sus destrezas y sus características únicas! La vemos desarrollar una tenacidad que solo ella tiene y una fuerza guerrera con la que poco a poco- aunque cada vez más rápido- va logrando sus metas, sin que nosotros esperemos nada, cuando menos lo pensamos y de la forma más espontánea.
Es tanto más gratificante y disfrutable no vivir con la presión y la ansiedad de que los niños logren a tiempo o no a sus hitos de crecimiento; es tan liberador el saber que va a hacerlo, eventualmente, y que mientras debemos disfrutar cada minuto del viaje en lugar de estar preocupados por llegar a destino.
Me hubiera encantado saber eso con Iñaki y le agradezco infinitamente a Cande por ese regalo, porque el NO ESPERAR NADA de los demás y dejar que a su forma, tiempo y singularidad nos sorprendan, es sin duda una de las cosas maravillosas que esta Chini nos ha regalado.
Yo no espero nada de Cande, ella sobrepasa mis expectativas.
Gracias Alfonsina por compartir tu experiencia. Mi Mateo es un regalo precioso tambien, esta con casi 11 meses y es nuestra alegría. Nos dio un vuelco de 360 grados a nuestras vidas. Pasamos una desazón al enterarnos del sindrome después de que nació pero el con sus picardias y sus grandes logros nos tiene re enamorados de amor. Mil gracias!!! y te deseo a ti y a tu familia muchas Bendiciones!!!
Me siento identificado en este pensamiento porque lo.pensaba así antes de nacer nuestra hija y lo sigo pensando incluso al tener una beba con SD hoy de año y medio. Como padres, debemos aceptar no esperar nada de nuestros hijos, más que sólo sean felices y que quieran ser lo que quieran. Ese viejo modelo de espera, que tus hijos sean profesionales, médicos y arquitectos o lo que sea. Están los padres que esperan que sus hijos sigan su carrera por ejemplo. No esta bueno el condicionamiento, son barreras, límites que lindan la frustración. Y como hijos muchos vivimos eso y es un sentimiento bastante amargo para el crecimiento de uno. Por eso no comparó ai hija con ningún nene ni con nadie. Porque cada uno es unico, cada uno vive a su ritmo y a su tiempo. Nuestros hijos vienen a enseñarnos y esta es una de esas grandes enseñanzas.
He leído atentamente la experiencia de los papás, y muy específicamente de la mamá. conozco un poco del tema, el cual siempre me interesó y sensibilizó.en mi ciudad tuvimos y tenemos experiencia de vecinos, con el síndrome de down , los cuales ( habló desde 60 años atrás) tuvieron que luchar contra el prejuicio , no solo de la sociedad, sino que de sus propios familiares, que los ocultaban a la vista de los vecinos, no le permitían tener amiguitos, pero muchos de ellos , con su gran capacidad de ser sociables y cariñosos, se ganaron un lugar en la sociedad, los cuales dejaron , y aún las dejan algunos, su presencia querible de todos aquellos que tuvieron el privilegio de de ser sus amigos.Por suerte, hoy las cosas son muy distintas, pero siempre es bueno que una valiente mamá- capaz de hacerse tan dura autocrítica-junto a su flia. y principalmente a su valiente niña, se sume a tanta gente que hoy muestra una distinta actitud. tengo algunas experiencias, incluso en algún momento viví alguna situación que me dejaron experiencia que nunca olvidaré. para no ser tan extenso comento solo una. una Sra. que trabajaba con niños con este síndrome, ante mi pregunta de porqué alguien estaba haciendo comentarios muy duros al respecto, refiriéndose a un niño, me dijo» le hace falta una muleta» ¿como? le pregunté: no le veo fracturas, y me dijo, tiene el alma » quebrada» necesita una muleta para el alma!» !arriba! mis respetos
Es tan linda!!
Padres , los felicito , pero no solo por el post , sino por ese par de hijos hermosos que tienen . FELICITACIONES en mayúsculas . Sigan adelante , nunca bajen los brazos , emociona a los de afuera , y a los que tenemos hijos » normales » ….. Quien fue la persona que definió quien era normal o no ? Seguramente no vio una foto , ni conoció a su hija , que es un angelito de dios . Hacia mucho tiempo que no veía una sonrisa tan sincera como la de Cande . Perdón por la redundancia en felicitarlos , Saludos para los 4 , nunca bajar los brazos , ARRIBAAAA
Felicidades Alfonsina!, que gusto leer tu post
Un abrazo a toda la familia
Gracias Maca que gusto que leyeras el blog!! Gracias por todo lo que nos ayudaste y enseñas siempre!! Esperemos vernos pronto!! Un beso grande!
¨No espero nada¨ es un maravilloso testimonio pero también creo que es algo que deberíamos extender a la vida de todas las personas. Esperar de alguien es una manera de presionar y en la infancia la presión es uno de los peores estigmas para el desarrollo de la personalidad de cualquier ser. Creo que el mundo sería un poquito mejor si la presión se sustituyera por demostraciones de cariño, amor y estímulo.
Admirable lección de vida Alfonsina.
Te felicito de corazón.
Agos es mi primer hija y siento lo mismo. Ella supera todos los días las expectativas y las cosas las hace cuando menos uno se lo espera! Y las sorpresas son inmensas y vienen más rápido de lo q uno cree o fue mal predispuesto a esperar desde un inicio creyendo que había más diferencias y la realidad es un hay muchísimas más similitudes. Besos enormes. Y gracias por el empujoncito que me diste para q encarara con el blog!
totalmente de acuerdo!!! yo ni siquiera esperaba al Joaquín que llegó… hay una frase del libro «el caballero de la armadura oxidada» que resume exactamente lo que vivimos «Cuando aprendas a aceptar en lugar de esperar, tendrás menos decepciones».
Hermosas palabras, tu reflexión que me llegó al corazón. Gracias por emocionarme así y volverme a tierra. Besos a Cande, Iñaki y a toda la familia!
Tan cierto! Me identifico mucho con tu pensamiento. Juana es mi primer hija y al margen de ocuparme de su estimulación y sus terapias que cubran sus necesidades y el hecho de que asista integrada al jardin para su desarrollo social. No le exijo ni la fuerzo si veo que no está lista para pasar al siguiente paso motriz.
Ella logro sentarse y mantenerse sentada a los 12 meses y ahora con 15 está empezando el arrastre. Disfruto tanto del viaje y verla esforzarse para seguir adelante. Que comparto contigo el pensamiento de que mi hija no me debe demostrar a mi su evolución yo le debo a ella mi amor y mi comprensión en apoyo a sus propias espectativas.
Besos!
Victoria